Navidad Accesible: ¡8 Ideas Navideñas para Niños con Discapacidad Visual!
Las ideas navideñas abundan, más por estas fechas. No todas son accesibles al cien por cien, y muchas, en cambio, se pueden adaptar. ¿Tienes niños ciegos o con problemas de vista, y te gustaría que también disfrutasen de estas fiestas sin perderse nada? ¡Tranqui, que aquí vengo al rescate! Juguetes, libros, adornos… el espíritu navideño se escribe en braille y nos embarga a todos. ¿Quieres saber cómo hacer más divertida y accesible la Navidad para tus niños que no ven? ¡No te pierdas estas 8 ideas navideñas y sigue leyendo!
¿Por qué hacer accesible las ideas navideñas?
Suenan las campanas, trinan los villancicos, se columpian las rojas bayas de acebo, brillan las luces y estrellas en árboles y pesebres. ¡Ya está aquí la Navidad! Y, como no podía ser de otro modo, los niños son quienes más y mejor lo viven, disfrutan, saborean y sacan partido a estas fiestas de alegría, paz y amor.
Y los niños que no ven o que lo hacen con dificultad, no se pueden (ni quieren ni deben) quedarse atrás. Por eso, crear ideas navideñas para las personas ciegas es posible, necesario, en una declaración de hacer especial estas fiestas tan típicas; una muestra de ánimo de igualdad y creatividad que alegra e integra a los más peques de la casa, especialmente si no ven. Entonces, ¿cómo empezar?
1. Decorad juntos el árbol de Navidad.
¡Eso siempre les encanta! Poner y decorar el árbol de Navidad es un clásico de estas fiestas. Hacerlo además con los niños, ayuda a que creéis juntos un álbum mental de recuerdos, un momento de construcción de lo más entrañable que une y divierte.
¡Anímate y empieza a practicarlo tú también! Deja que abran la caja con los adornos, que los toquen y reorganicen a su antojo y tantas veces como les apetezca, que los separen en grupos según su tamaño o forma, que vistan al árbol habitual con sus luces y guirnaldas y cintas y bolas y decoraciones varias.
Aunque el niño sea ciego y no pueda ver qué color de bolas o luces está colgando, puede divertirse igualmente, y de lo lindo, porque uno, tú le puedes describir los colores, y dos, a ellos no les cuesta nada, es más, les encanta, porque dan rienda suelta a su instinto decorativo, por muy recargado que pueda quedar luego, al final.
Además, decorando el árbol puedes fomentar de un modo activo y dinámico su educación, haciendo que cuenten el número de bolas, por ejemplo, que descubran las diferentes formas de los diferentes adornos, que bailen con la música de los villancicos que suenan de fondo, o que aprendan los puntos cardinales según la disposición de las guirnaldas y luces y estrellas.
2. Pesebres clásicos y pesebres sonoros.
El tacto y el oído son los auténticos ojos de un invidente, por así decirlo, los mejores aliados a la hora de afrontar y ver y conocer mejor el mundo que nos rodea. Por eso, los pesebres son un estímulo perfecto de tacto y oído para el desarrollo y crecimiento de los niños invidentes. Y si hay algo que atrae muchísimo a los niños, a todos en general, de hecho, es el sonido. Con ellos, tacto y oído, los peques que ven mal o nada, pueden dar forma real (no solo imaginativa) a esos animales que tan frecuentemente salen en cuentos e historietas.
Así pues, monta el pesebre con la ayuda de tu hijo o sobrino o peque ciego, no le dejes al margen, y deja que explore figura a figura las formas de estos animales, que esta fauna en miniatura desfile entre sus manos para que los aprenda y reconozca. El hecho parece simple y casi insignificante, pero es un modo infalible de hacerle sentir la Navidad, al adaptarlo a sus necesidades de solo tacto y oído y gusto y olfato.
Además, puedes añadirle un estímulo sonoro de campanas y agua y balido, por ejemplo, de modo que también puedan oír tintinear las campanas, hundir los dedos en el cuenco de agua que puede representar el río o lago, moldear figuras navideñas de plastilina, levantar remolinos en el serrín que es el camino, escuchar el murmullo del viento entre las ramas del árbol, oír rebuznar y mugir y balar a burros y vacas y ovejas, y todo gracias a un efecto de sonido descargado con un clic de internet.
En suma, no dejes que la puesta en escena del nacimiento del Niño Jesús pase de largo frente a sus ojos ciegos. Usa la creatividad y recurre a materiales con sonido y olor y textura, para que pueda ponerles talla a los personajes más tradicionales del pesebre navideño, con la ayuda del resto de sentidos activos que le queda.
3. Ideas Navideñas… ¡acercándole las luces de navidad!
¿Para que se queme? ¡Jeje, no, hombre, no! Me refiero, más bien, a que le hagas una audiodescripción de los adornos luminosos que os salen al paso mientras camináis por la ciudad.
Después de todo, saber que hay luces navideñas por todas partes es una cosa, y saber cómo son, qué forma cobran, qué color adoptan, cuál es su motivo decorativo… es algo bien distinto.
De hecho, la idea no es ni nueva ni imposible, pues ya hay hasta una aplicación móvil que permite a las personas ciegas disfrutar del alumbrado navideño que en estas fechas engalanan las calles de Madrid. ¿Y cómo? mediante una narración a tiempo real, escrita y en audio, adaptada tanto a mayores y a pequeños, que describe paso a paso la decoración de la ciudad que tenemos enfrente en ese momento.
Se trata de una audiodescripción que reproduce escenas, colores, sensaciones, e incluso datos sobre su creación. El mérito de esta idea accesible le corresponde al grupo de investigación de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M). Aunque, ¿para qué hablar más, cuando podéis comprobar directamente su efectividad? Basta con descargar la versión iOS o Android y empezar a vivir la experiencia, ¡a ver qué tal!
Y si estáis lejos de Madrid y, por tanto, esa información no os haría ni fu ni fa, o, sencillamente, no os apetece tener la aplicación, quedaros al menos con su idea y sed vosotros la audiodescripción directa de esos peques que no ven, pero que de todas formas sienten un montón de curiosidad por esas luces que nos alumbran a todos.
4. Ideas navideñas… ¡envueltas en papel de regalo táctil!
Casi todas las ideas navideñas que ahora se compran, materializadas en regalos, vienen forradas en estos envoltorios tan llamativos. Seguro que te gustan coloridos, brillantes o discretos, temáticos o recargados o con pocos adornitos… pero a un niño que no ve (bueno, a cualquier persona ciega en general) no le dice nada un papel de regalo. Al tacto son lisos y quizá algo más finos, sí, pero igual de sosos que los demás. Por eso, dale un toque diferente a tu papel de regalo. Un toque, ya sabes, tangible.
No, no es estrictamente necesario que esté en braille (¡aunque buaaah, eso sería un puntazo!) pero sí es necesario que esté en relieve, que transmita, que tenga una textura diferente, algo, en fin, que palpar.
¿Y cómo puedes hacer táctil un papel de regalo? ¡Fácil! Ponle pegatinas, bordados, cachos de cartulina, flecos, plastilina, botones, pintura hinchada, lazos, pedrería, plumas, lentejuelas, retazos de tela de lana o algodón o licra, etc, etc, etc. En suma, trozos de otros tipos de papeles con textura diferente. No te limites al envoltorio clásico que, aunque visualmente bonito, táctilmente es nulo. ¡Deja que el peque se divierta creando juntos el papel de regalo y envolviendo después esos regalos destinados a toda la familia!
Las opciones son tantas como pueda concebir la imaginación de tu niño, así que involúcrale en la elección del envoltorio. Permítele que juegue con las diferentes texturas: liso, áspero, rugoso, terciopelo, plástico, gomoso… ¡Probadlo! ¡Vais a pasar una tarde en familia de lo más entretenida!
5. Libros Navideños con ilustraciones táctiles.
Abundan los libros ambientados en la Navidad. Y si bien la gran mayoría están escritos en tinta, lo que lo vuelve ilegible para alguien que no ve, podéis hacer, no obstante, que sus líneas y tramas se vuelvan relieve. ¿Cómo? Con ilustraciones táctiles que ellos puedan seguir sin dificultad.
Estas ideas navideñas convertidas en papel y tinta e historia narrada no solo son divertidas y accesibles. También son influyentes. Y es que los libros táctiles también dan rienda suelta a la creatividad de cada uno, pues podéis escribir vuestros propios libros táctiles y originales, o crear ilustraciones específicas para los libros que ya tenéis pululando por casa.
Con la ayuda de lengüetas, pestañas, ramilletes, cartón, fieltros, hilos, cuentas de bisutería, telas, goma EVA, pegamento y cordel, podéis dar físico a esos personajes de tinta y papel. A eso añadirle una grabación de voces o, mejor, un acompañamiento en tiempo real de vuestras voces y… ¡voilá, un libro solo de tinta pasará a ser un libro de tinta, voz y textura!
Así, estarás creando para el niño una historia interactiva de personajes con textura, objetos con dimensión tangible. Pictogramas y letras agrandadas para aquellos pequeños con mínimo resto visual, dibujos táctiles para quienes son ciegos del todo, lenguajes de signos para quienes además son sordos, aparte de ciegos… nada es poco si se trata de inspirarle el amor a la lectura al pequeño y, con ello, descubrirle nuevos mundos, encenderle la imaginación y abrirle nuevas fronteras.
6. Manualidades y artesanía navideña.
Las manualidades son una de las herramientas de aprendizaje más divertidas de hacer con los peques de todas las edades, y, aún más, fáciles de adaptar. Y lo mismo se puede decir de la artesanía más comestible.
Con solo echar mano a esos materiales sencillos que tenemos pululando por casa, como cartón o corcho o lana o pajitas, por ejemplo, o piedra o pinzas o jabón o slime, podéis pasar un buen momento de entretenimiento y creatividad con ese hijo o sobrino o nieto o alumno ciego que tenéis a vuestro cargo, y que queréis que se divierta mientras le cuidáis.
Desde Reyes Magos hechos de cuerda y animales del pesebre hechos con goma EVA, hasta galletas con forma de árbol de navidad y belenes de chocolate o jengibre, pasando por estrellas de gelatina, Papá Noel congelado en un helado y diversos otros motivos navideños en el glaseado… la artesanía y manualidades ayudan de lo lindo en el desarrollo de los niños, ¡no lo olvidéis! especialmente porque sienten que les estás dando tu atención plena, un detalle tranquilo que inspira y cosecha afecto.
7. Caja sensorial navideña.
Imaginaros una caja con un montón de sorpresas en su interior. En cada sorpresa una diversión, en cada diversión una figura, en cada figura una historia, en cada historia, un aprendizaje. Así son las cajas sensoriales. Son un mundo en miniatura que usan los sentidos para estimular la imaginación, el desarrollo sensorial, la concentración y la motricidad de los más peques. ¿La única condición? Que sean de temática navideña, en esta ocasión.
Con las cajas sensoriales navideñas, que bien pueden ser una caja de zapatos o un bote ancho de plástico e incluso un pequeño baúl de madera, los niños invidentes o con problemas de vista pueden explorar otra cara de la navidad. Ahí puedes meter para él todo tipo de artículos, navideños y divertidos, que puede tocar al milímetro y descubrir sus ángulos y curvas y su curiosa forma. Velas con forma de pastor, hojas de pino, bastones de caramelo, palitos con aroma a canela, ruedas de cascabel, lazos, estrellas, ramas de un árbol, figuras de origami, alguna escena del Belén, etc, etc.
Cada vez que meta la mano en la caja, sacará un objeto diferente, y o bien jugará con ello primero y preguntará después, y o bien preguntará para qué sirve primero, y entonces tú podrás explicarle su función y utilidad, su historia y propósito, y meter entre medias la educación de la Navidad adaptado a su edad. ¿No es un medio ideal de aprender más sobre la temporada? La excusa es perfecta para que además los niños puedan interactuar con su entorno a través de nuevas texturas, formas, tamaños, sonidos y hasta colores, si tienen resto visual.
8. Calendario de adviento accesible.
No lo esperan tanto como la llegada de Papá Noel y Los Reyes Magos, claro está, pero la verdad es que, de un tiempo a esta parte, ejem, desde el siglo XIX, cuando solo era costumbre alemana, los calendarios de adviento están cogiendo bastante protagonismo y popularidad en nuestras Navidades, y los niños los ansían casi tanto como los regalos. ¿Pero, qué son los calendarios de adviento?
Nacieron en Alemania, en torno al siglo XIX. Entonces, durante el periodo de adviento, las familias pintaban con tiza 24 rayas en la puerta principal de casa o en alguna pared del interior. Los niños borraban una línea por día, hasta llegar al 25, Navidad, y de ese modo se iban emocionando con la llegada del gran momento.
Hoy en día, y tras extenderse por muchísimos países, y marcas y comercios, digamos que son calendarios que hacen la cuenta atrás de la llegada de Navidad, es decir, desde el 1 de diciembre hasta el 24 de diciembre, ambos incluidos. En cada fecha del calendario se pone una ventanita, y cada día, los niños la abren y descubren un regalo sorpresa en su interior.
Desde caramelos o galletas o golosinas, hasta villancicos o mensajes con valores o algún pequeño cuento infantil. Obviamente las grandes marcas aprovechan para colarse y hacer publicidad de sus productos, de modo que ya hay calendarios de adviento con pintaúñas, maquillaje, perfumes de bolsillo, etc.
No importa. Porque también tú puedes preparar así para la Navidad a tu hijo o nieto o sobrino invidente o con problemas de vista. Anímale a cumplir el desafío de estas veinticuatro sorpresas, a sumarse con entusiasmo a la espera del regalo más gordo, el de Papá Noel, o a la llegada de Los Reyes Magos, si quieres un calendario de adviento de estas tres eminencias navideñas.
Con cartulina y veinticuatro pegatinas, mismamente, puedes hacerle la base del calendario. Partiendo de ahí, escóndele mensajes en braille, edúcale con una palabra navideña y su significado que deberá usar a lo largo del día, ponle a prueba con algún dibujo en relieve, tiéntale con piezas de Lego o puzle, enséñale frases de la Biblia, esbózale planes para el día, rétalo a contar algún chiste o desvelar alguna adivinanza, sumérgelo en audiocuentos navideños, envuélvelo en el espíritu de la Navidad con la música… los calendarios de adviento pueden ser… no, ¡suelen ser! divertidos y originales. ¡No te quedes atrás!
¡Chin, chin! ¡Por una Navidad accesible para los niños con discapacidad visual!
La Navidad siempre es la chispa que enciende la última ilusión del año, un candelabro de esperanzas y deseos y alegría que desemboca en unión y cercanía y amor. Tenga ceguera o sordera o cualquier otra discapacidad, no dejes que el espíritu navideño pase de largo sobre el peque de la casa. Dales a todas tus ideas navideñas una vuelta de tuerca adaptada, hazle sentir uno más. ¡Haz accesible la Navidad!
¿Te han resultado útiles estas ideas navideñas para hacer en casa?
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