3 de Diciembre: Día Internacional de las Personas con Discapacidad.
Otro 3 de diciembre ha llegado y, un año más, Letras A Ciegas suma su letra, voz y voto al sí colectivo de los derechos de las personas con discapacidad, animando desde aquí, en el Día Internacional de la Discapacidad, a fomentar su desarrollo e inclusión, su crecimiento e igualdad en el bienestar social, político, económico, educativo y cultural.
¿Para qué sirve realmente un Día Internacional de… algo?
Muchos pensarán que es repetitivo (todos los años vuelta con lo mismo). Otros que es innecesario por inútil (¿dónde están sus efectos?). Pero, ciertamente, los Días Internacionales… de… lo que sea…. tienen su razón de existir y difundir. Y es que fomentan, difunden, visualizan.
Señalan los problemas sin resolver, se plantan ante los medios de comunicación y gobierno para dar voz a diversas inquietudes, hacen una llamada mundial, y tiran de las orejas a los políticos para que pongan en marcha no solo decretos, sino también diferentes medidas de resolución del problema. Así mismo, sensibilizan a la sociedad en general sobre diversos temas de interés, aquellos que se están homenajeando ese día en cuestión. Permite, además, de ese modo, que no perdamos el horizonte de los derechos, el desarrollo y la salud política y social del motivo del homenaje.
¿Qué es la discapacidad?
«falta o limitación de alguna facultad física o mental que imposibilita o dificulta el desarrollo normal de la actividad de una persona», según el diccionario, «una restricción o ausencia (debida a una deficiencia) de la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen considerado normal para el ser humano», según la CIF (Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y la Salud).
En otras palabras, la discapacidad es aquella dificultad, física, cognitiva, psíquica e intelectual, que dificultan / impiden a una persona realizar una actividad como el resto de la gente. Ya sea de forma permanente o temporal, digamos que la discapacidad es una carencia de capacidad en alguna parte sensorial, mental o cognitiva.
¿Por qué hay un Día Mundial para la discapacidad?
Las personas con discapacidad conforman la minoría más numerosa del mundo, curiosamente.
Con todo, ello no les libra de lidiar con más dificultades en varios niveles de la vida, en comparación con otros colectivos, se entiende, empezando por el acceso a la educación o al mercado laboral, político y cultural, o a la ausencia de legislación adecuada y la discriminación social de su propio entorno, afrontando por ello más dificultades económicas, exponiéndose el triple de veces a la violencia, en caso de los niños, y también el triple de veces al abuso, en caso de los mayores.
Y todo, ¿por qué? ¿Por ignorancia; por el pensamiento predominante de que, por tener una discapacidad, pueden rendir menos; algo muy lejos de la realidad, ¿pues pueden (podemos) colaborar de forma activa y productiva en las diferentes ramas del árbol de la sociedad.
A tal pensamiento desvalorizado se suma además la falta de recursos que faciliten y normalicen su estilo de vida. Hablamos del acceso al transporte, por ejemplo, de la integración en centros educativos, mismamente, o de la carencia de métodos con acceso independiente a la información, sin ir más lejos.
¿Qué es / qué significa el Día Internacional de la Discapacidad?
Participación, liderazgo, y no dejar a nadie atrás. Tal es el objetivo que perseguía la Asamblea General de las Naciones Unidas al declarar al 3 de diciembre, desde 1992, un día sin discriminación en la discapacidad, y, por tanto, es, hoy, una de las razones por las que, cada 3 de diciembre, se vuelve a celebrar a nivel mundial el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, en defensa de unos valores de inclusión que no deben perderse ni desfallecer.
De hecho, este año 2020, el homenaje se ha extendido a una semana entera, desde el 25 de noviembre hasta hoy, 3 de diciembre, dedicando siete días a la sensibilización de los derechos, las historias, los recursos por y para y hacia este colectivo, sin olvidar, cómo no, los efectos de la crisis política en ellos y el impacto del Covid 19, con todas sus restricciones y cuarentenas.
Naciones Unidas con el 3 de Diciembre.
La discapacidad es un miembro más de nuestra sociedad. Es tan parte de la condición humana como el respirar. No importa de qué tipo sea (sensorial, cognitiva, intelectual, mental o crónica…) el hecho es que está más integrada en la sociedad que las propias personas que la padecen. Y es que no existe ninguna sociedad humana sin personas con discapacidad entre su población, pensadlo bien.
Más aún, rara es la persona que no sufra una discapacidad… de cualquier tipo… permanente o temporal… a lo largo de su vida. Bien porque nació con ella, bien porque tuvo un accidente en algún momento de sus años mozos, bien porque le aparezca al envejecer.
Y eso no lo digo solo yo, sino también la Organización Mundial de la Salud (OMS) quienes estiman que casi el 15% de la población mundial se enfrenta a alguna discapacidad a lo largo de su vida. ¿Traducción? Una de cada siete personas. Unas cifras que aumentan conforme aumentan el promedio de vida de las personas, el envejecimiento de la población, y debido, también, al aumento de esas enfermedades que, aunque no transmisibles, sí son duraderas.
Claro que nadie diría que la cosa pinta tan chunga, al fijarse en muchos, muchísimos países, que se relajan y no adoptan mecanismos de mejora para responder adecuadamente a las necesidades de su población con discapacidad. Y es que, aunque algunas personas con discapacidad tienen la ventaja de vivir su deficiencia en un país más desarrollado, no todas pueden disfrutar igualmente de esa ventaja. Una ventaja que se traduce en un profundo desnivel y diferencia de acceso sanitario, laboral, educativo y cultural y, por tanto, una desigualdad en la integración e inclusión.
3 de diciembre: Un día para todos.
¿El reto? Inclusión y más inclusión. ¿El incentivo? conservar los derechos ya ganados y lograr más igualdad. ¿La estrategia? Un compromiso mundial e inclusivo para todos. ¿El método? Diversos actos de participación, diferentes campañas antibarreras.
¿El objetivo? Cambio y evolución, conciencia y desarrollo sostenible; participar activamente en el progreso, azuzar la vida autónoma e independiente, parar la violencia y los abusos sufridos por tener discapacidad, mitigar el aislamiento social de las personas con discapacidad.
¡Celebra por tu cuenta el 3 de diciembre!
¿Cómo? Creando conciencia social, en blogs y webs y Facebook o Twitter o WhatsApp o cualquier otra red social que se te ocurra. Haz que quienes te siguen miren las muchas discapacidades que existen, pero que, sobre todo, vean las miles de capacidades que nos caracterizan. Habla sin miedo y por los codos de la discapacidad, bajo el paraguas de la normalidad, porque, ¿sabes? ¡es normal! ¡Y nosotros somos normales!
Las palabras tienen fuerza, y las tuyas, también. Crea con ellas un grano de arena en la montaña de la igualdad, hacia la cima de la integración y la inclusión. O, sencillamente, comparte este post y súmate al 3 de diciembre, día mundial del hashtag «todos somos iguales».
Que sea 3 de Diciembre no quiere decir, que no hay discriminación, actualmente.
La definición, en la que no citas fuente, supongo que es tuya: me encanta.
También me gusta de este artículo tu normalización: las discapacidades son características, que podemos tener todos, como respirar, que dices tú, como ser altos y las edades, que tengamos y demás.